25.000 (visitas) y Arquitectura
Hace más o menos un año escribía
el post “10.000 y Arquitectura” para celebrar el primer aniversario del blog y
las primeras 10.000 visitas. En aquella ocasión escribía acerca de mis inicios en esta carrera tan sacrificada y
apasionante como es la Arquitectura. Los años de estudiante y mis primeros años
de trabajo en Madrid y en París dieron para dos artículos que pueden leer en los siguientes enlaces:
12 meses después y a las puertas
del segundo aniversario del blog, Arquitectura Para el Público alcanza casi las
25.000 visitas y mi cuenta de Twitter tiene 469 seguidores. Puede que no tenga
las miles de visitas al mes de edgargonzalez.com, ni los miles de seguidores en
Twitter de Joaquín Torres, ni que me inviten a las conferencias del los
blogueros “top” del año, pero me siento muy orgulloso de lo logrado hasta hoy a
través de este espacio.
Lo increíble de esta herramienta
es que tan sólo necesitas tus ideas, una conexión a Internet y un ordenador,
para poder ser escuchado a nivel global. La sensación de ser realmente seguido
y leído es maravillosa porque la gente que te deja un comentario o comparte un
artículo tuyo son personas que están genuinamente interesadas en lo que
escribes. Nadie les paga para compartir tus pensamientos y no te siguen porque
estés de moda, ya que eres un auténtico desconocido. Las personas, el público,
te leen porque están interesadas, y ese sentimiento para el autor de estas
líneas, es maravilloso.
Cuando escribí “10.000 y
Arquitectura” me encontraba de nuevo en una época de tremendos cambios. Después
de tres años en Francia me trasladaba a vivir a Londres. Atrás dejaba el
estudio Atelier 9.81 de Lille donde había pasado dos años trabajando como Jefe
de Proyecto.
Las ganas de seguir aprendiendo y
la motivación de un nuevo desafío me impulsaron una vez más a la aventura.
Sospechaba que no iba a ser fácil, nunca lo es, pero los sueños se alcanzan
persiguiéndolos y para ello es necesario moverse. Estoy de acuerdo en que la
suerte no existe, hay que buscarla y trabajarla. Las “casualidades” son en la
mayoría de los casos el fruto de mucho esfuerzo detrás.
Llegaba a Londres con la maleta
llena de ilusiones, con ganas de aprender, con ganas de disfrutar y porqué no,
con ganas de triunfar. La oportunidad me la brindó unos de los mejores estudios
de arquitectura británicos, Stanton Williams, que aunque poco conocido fuera de
las islas, ya han ganado varios premios, incluido el premio Stirling.
Todo el que cambia sacrifica
algo. Yo en este caso, aunque gané en ciudad y en notoriedad del estudio,
sacrifiqué mi puesto como Jefe de Proyecto. Fue un riesgo en muchos aspectos.
Dejaba un proyecto excitante (la Facultad de Bellas Artes de Cambrai) que
consideraba como mi bebé porque lo había llevado desde el concurso hasta el
inicio de la obra. Dejaba un estudio donde había estado muy bien durante dos
años y en el que tenía la confianza plena de mis jefes. Dejaba el conocimiento
de cómo se ejerce la profesión en Francia con sus normativas y trámites. Dejaba
un idioma en el que después de tres años me defendía mejor que con el inglés. Dejaba
todo eso para irnos de nuevo a la aventura. Permítanme que hable en plural, ya
que es inevitable que tenga en cuenta a la persona que desde que estudiaba en
la universidad y hasta ahora, me ha apoyado siempre y sin la que nada de esto
hubiese sido posible, mi mujer. Sin su aliento, ánimo y comprensión, difícilmente
hubiese llegado tan lejos en el camino en estos últimos años. Cambiar no es fácil
para el que lo hace, pero menos aún para el acompañante. Gracias cariño.
Los seis meses que trabajé en
Stanton Williams fueron una gran experiencia en muchos sentidos. Primero, para
saber hacia donde quería orientar mi carrera. Segundo, para trabajar en
proyectos de repercusión internacional. Tercero, para compararme con
arquitectos de primer nivel y, por último, para saber lo que es trabajar en una
gran empresa, con todo lo que ello conlleva.
Aunque mi idea era triunfar en
aquel estudio, el caso es que a los 6 meses me encontré sin trabajo. Fui con un
contrato de seis meses de prueba, algo muy normal en los contratos británicos, pero
no me renovaron al haberse terminado el proyecto para el que me habían
contratado: la extensión y renovación del Museo de Arte de Nantes. Me dieron las gracias y salí por la puerta
con la cabeza alta, pero para que nos vamos a engañar, tocado anímicamente. No
era cómo había imaginado que iban a salir las cosas. ¿Alguna vez lo es? Había
arriesgado mucho para ir allí y no había salido bien, al menos eso pensaba.
No puedo decir que Stanton
Williams fuera un fracaso, quizás una desilusión, pero lo que sí sé es que fue
una enorme oportunidad.
Para quien no lo sepa, Londres es
una de las ciudades más caras del mundo para vivir. Los alquileres son
desorbitados, incluso más que en Manhattan. Así que vivir en Londres y no
trabajar es tarea imposible. Por supuesto que siempre hay oportunidad de
trabajar como camarero o dependiente en una tienda, pero si hacia eso, ¿para
que habría servido venir a Londres? En esos momentos te empiezas a replantear
todo ¿había cometido una locura dejando un estudio en el que estaba bien y con
un contrato indefinido para empezar de cero en otro país? ¿Quién iba a cogerme
sin apenas experiencia trabajando en Reino Unido?
La oportunidad de trabajar en
Stanton Williams surgió porque estaban trabajando en un proyecto en Francia y
necesitaban arquitectos con experiencia allí. Si buscaba trabajo en Londres,
con toda la competencia que hay, partía con desventaja debido a mi poca
experiencia en Reino Unido. Siempre estaba la posibilidad de volver a Francia,
pero la verdad que no me seducía nada la idea. ¿Volver a España? Una locura.
Decidí intentarlo con todas mis
fuerzas en Londres, poniéndome cuatro meses como límite para encontrar un
trabajo que cumpliera con todos mis requisitos. A saber:
- - Estudio internacional con proyectos de calidad.
- - Posibilidad de trabajar en un proyecto desde el
principio, pasando por todas las fases.
- - Preferentemente trabajar en viviendas.
- - Preferiblemente viviendas de lujo.
- - Ser Jefe de Proyecto.
No era una lista fácil, quizás
estaba poniendo el listón muy alto, pero una de las cosas más importantes que
aprendí en Stanton Williams es que sabía hacia donde quería orientar mi carrera.
Algo que tenía muy claro es que no quería simplemente formar parte de un equipo,
quería dirigirlo. Tanto en España como en Francia había trabajado como Jefe de
Proyecto dirigiendo equipos y teniendo el contacto con el cliente. Me gustaba y
creo que se me da bien. Sabía que en Londres iba a ser complicado adquirir
responsabilidad al principio porque ésta se suele dar después de pasar varios
años trabajando y asimilando la metodología del estudio.
Tenía claro que no iba a mandar
mi currículum a cualquier lado a la desesperada. Mi amarga experiencia en París
me enseñó a desconfiar de ello a menos que se quiera una experiencia- trámite.
Yo buscaba poder afianzarme en algún estudio.
Mandé sólo seis currículos.
Durante el primer mes no supe nada. Después las negativas se fueron sucediendo
hasta que en un periodo de dos semanas, como siempre pasa, me llamaron para
tres entrevistas.
Mi fecha límite de estar en
Londres se agotaba, tan sólo quedaban un par de meses. Estuve tentado a decir
en las entrevistas que trabajaría de cualquier cosa en cualquier tipo de
proyecto, pero quise ser fiel a mí mismo y en las tres entrevistas dejé clara
mi postura. Buscaba responsabilidad siendo jefe de equipo y sólo aceptaría ese
tipo de puesto.
En una de las entrevistas me preguntaron si conocía la
normativa inglesa, teniéndoles que decir que no mucho, pero igualmente les dije
que ello no me preocupaba porque en la Francia me había encontrado con la misma
situación y salí adelante. Algo que he aprendido en estos años trabajando en
España, Francia e Inglaterra, es que si eres un buen profesional se puede
trabajar en cualquier país. Vigas, columnas, zapatas, asilamientos, paredes,
escaleras y ascensores se hacen en todos lados por igual. Eso sí, hay que
controlar el idioma.
Después de las entrevistas llegó
la espera.
A la semana llegó por e-mail una
negativa y mi sorpresa fue doble. Primero porque salí de la entrevista con la
sensación de que les había gustado mucho y segundo porque el motivo había sido
el siguiente:
“Your interview skills were impeccable. It is merely a case of you being (I think) over qualified for the position.”
Es decir:
Te desenvolviste muy bien en la entrevista. Es meramente un
caso de que estás sobre cualificado (creo) para el puesto.
El puesto en cuestión era para ser Jefe de Proyectos de
hoteles en un pequeño estudio. Entiendan mi gran desconcierto. Este es el tipo
de cosas del que siempre escuchas hablar, pero nunca piensas que son verdad, pero
sí, ¡puedo asegurarles que esto puede pasar!
Las semanas transcurrían, mis nervios afloraban y yo estaba
especialmente ilusionado con una de las dos oficinas de las que estaba
esperando una respuesta. Finalmente me llamarón de la opción que menos me
interesaba. Se trataba de una pequeña constructora que hace reformas en el
centro de Londres. Estaban en crecimiento y buscaban un arquitecto para darles
más caché y llevarles los proyectos. Aparentemente habían seleccionado para
entrevistar a 10 personas entre 150 currículos.
Durante la entrevista, y a pesar de que ya necesitaba encontrar
un trabajo si no me quería ver de vuelta en España, fui muy sincero y le dije
al dueño de la empresa que más que ser su asalariado, yo le proponía ser socio,
buscar clientes conjuntamente y venderles el paquete completo de arquitecto +
constructor. La verdad es que sólo me hubiese apetecido trabajar allí bajo esa
condición, ya que era una oficina muy pequeña con proyectos de pequeña escala,
sobre todo de rehabilitación. El hombre se quedó un poco desconcertado, aunque
no me dijo que no.
Hacia el final de la entrevista, mi entrevistador me
preguntó en qué restaurante estaba de camarero. Yo le respondí que no trabajaba
en ningún restaurante, que de momento estaba trabajando como autónomo con un
par de encarguillos, uno de ellos en el centro de Londres (este “encarguillo”
dará juego para hablar en otro post sobre él).
Mi entrevistador, un poco azorado, me respondió que se había equivocado
mirando el currículo del siguiente candidato, que también era español.
Saliendo de la oficina me encontré con el siguiente
candidato español, que tendría cerca de 50 años. Me dio mucha pena la verdad
pensar cuántos arquitectos nos hemos ido fuera y cuántos de ellos estarían
trabajando como camareros o dependientes. ¿No estaría tentando demasiado mi
suerte? ¿Estaba exigiendo demasiado?
Pasaban las semanas y pensaba que no me llamarían, pero
finalmente un día recibí un e-mail diciéndome que estaba entre los tres
finalistas y que en los próximos días tomarían la decisión final.
Estaba en un aprieto. Necesitaba trabajar, pero este sitio
no me emocionaba. El que realmente sí lo hacía era del que no tenía noticias.
Pero al mismo tiempo no podía permitirme el lujo de rechazar un trabajo si me
lo ofrecían. Así que cogí el teléfono y llamé
al estudio del que no tenía aún noticias para ver qué sucedía conmigo. Ya les
había llamado un par de veces durante las últimas semanas, pero siempre me
decían que estaban entrevistando a varias personas para el mismo puesto y aún
no habían tomado una decisión. Intenté meterles presión diciendo que
probablemente tenía otra oferta en firme de otra oficina, pero donde quería
trabajar era allí. Necesitaba una respuesta ya.
A los pocos días me llamaron de nuevo de la oficina que me
ilusionaba… Me pedían una segunda entrevista. No había nada ganado, pero era un
gran paso. Una nueva oportunidad para intentar demostrar lo que valía.
La verdad es que este estudio cumplía todo mis requisitos.
Tenían dos oficinas en Londres y una en Hong Kong. Estaban especializados en
grandes desarrollos residenciales de lujo y hoteles. Más de 120 personas en
plantilla…
En la primera entrevista que tuve con ellos me dijeron que
tenían varios proyectos residenciales entre manos y yo les dejé claro que
buscaba responsabilidad.
La segunda entrevista me la hicieron dos personas diferentes
a las de la primera, y me explicaron que
el proyecto para el que estaban buscando un Arquitecto “Senior”, era un
desarrollo residencial en el centro de Londres, en Earl´s Court.
Yo me muevo mucho por feeling y la verdad es que salí con
muy buena impresión de las dos entrevistas. Los nervios después de la segunda fueron
terribles durante los tres días que siguieron a su llamada… La llamada en la que
me ofrecían el puesto como Jefe de Proyecto de una de las fases de Earl’s
Court, el desarrollo urbano más importante que hay en Londres en este momento
junto con la central de Battersea.
Llevo cuatro meses en Paul Davis + Partners y no podría
estar más feliz. Mis expectativas se han cumplido con creces. De nuevo sólo se
entiende el pasado cuando se mira hacia atrás y se ve cómo han ido conectándose
los puntos. Sin haber ganado aquellos concursos en la universidad en los que
participé en mi año de repetidor de proyectos, nunca habría conseguido el
trabajo en uno de los mejores estudios de París. Sin haber sido Jefe de Proyecto
bien joven en Madrid y sin haber trabajado en aquel estudio de París, nunca me
habrían ofrecido ser Jefe de Proyecto en Lille. Sin la experiencia acumulada en
Francia, nunca habría conseguido trabajo en uno de los mejores estudios de
Londres. Y sin toda esta experiencia junta unida a mi cabezonería, nunca habría
podido tener el trabajo que ansiaba desde mi época de estudiante.
Siempre digo que me encantan las biografías de gente que se
supera en la vida. Yo intento hacerlo e intento transmitirlo. Nadie dijo que el
camino fuese fácil, pero el camino hay que andarlo por uno mismo, no hay
atajos, nadie te puede llevar de la
mano. Los regalos no existen, sólo el esfuerzo y la honestidad. Honestidad con
los demás, pero sobre todo, con uno mismo.
Me gustaría dedicar este post a todas aquellas
personas que siguen mi blog, a los que comentan mis artículos, a los que
comparten mis ideas. Gracias a todos
ellos. Y sobre todo gracias a mi mujer Lorena. Gracias por ser mi más fiel
seguidora.
Nos vemos en el siguiente post.
PD/ Nunca llegué a saber si me hubiesen cogido en la pequeña
constructora. Desestimé su posible oferta antes de saber el resultado final.
Enhorabuena Carlos, por tu franqueza y por tu firmeza, no es fácil mantenerse en el sitio cuando las cosas se complican.
ResponderEliminarUn abrazo,
Eva
Gracias Eva! Hay que luchar todos los días! Un abrazo.
EliminarHola Carlos, enhorabuena por el post. También soy arquitecto y me he sentido bastante identificada. Es muy importante tener afán de superación y que si las cosas no salen como uno esperaba no hay que venirse abajo, estoy segura que es porque lo mejor está por llegar.
ResponderEliminarUn saludo,
Carmen
Estimada Carmen, gracias por querer dejar un comentario. Lo mejor está siempre aún por llegar, ¡esa es la actitud! Te deseo mucha suerte en tu carrera.
EliminarSaludos desde Londres.
Hola Arq. Carlos debo reconocer que me he leído las 3 partes recién hoy y he cogido mucho animo al leer tus experiencias, pase por una situación parecida un profesor me hizo perder un año sin justificación alguna y tuve que desplazarme a otra ciudad para repetir la materia estando ahí se me presento la oportunidad de participar en un concurso de giro urbanista y resulte ganador, hoy en día estoy por terminar y tenia muchas dudas sobre lo que me esperaba en un futuro, mi meta siempre a sido ir a otro país pero lastimosamente a pesar de que me he preparado mucho en el idioma ingles no cuento con los recursos económicos para viajar y sostenerme de inicio, al leer tu blog he tomado la motivación que me hacia falta, gracias por compartir tus experiencias y felicidades por tus logros, que siga el éxito.
ResponderEliminarGente con experiencia en Europa tiene mas posibilidades en Londres , seguro que Si...Pero crees que Londres sea Una ciudad con buena calidad de vida?
ResponderEliminar