Deporte y Arquitectura
Esta
semana estaba viendo la entrevista que Bertín Osborne le hizo al líder del PSOE
y candidato a la presidencia del gobierno, Pedro Sánchez.
Me
quedé con una de las cosas que dijo el líder socialista acerca de cómo el
deporte, en este caso el baloncesto, le había influido muy positivamente desde
joven inculcándole valores de sacrificio, trabajo en equipo, solidaridad y
esfuerzo. Sánchez jugó en el Estudiantes hasta los 21 años.
También
otro de los candidatos a las presencia, Albert Rivera, ha declarado en varias
ocasiones la importancia que ha tenido y tiene la natación en su vida. Rivera
practicó la competición de natación durante ocho años, llegando a ser dos veces campeón de Cataluña en estilo
braza.
¿Cómo
de extendido está practicar deporte entre los arquitectos?
Hay
varios arquitectos de renombre que han estado muy asociados con el mundo del
deporte, como Tadao Ando que fue boxeador profesional o Norman Foster que practica varias
artes marciales y es cinturón negro de karate (dejemos a un lado las imágenes
de Joaquín Torres con su six pack). También Le Corbusier, como la mayoría de
ideólogos del industrialismo de los años 20, hacía una reivindicación constante
del ejercicio físico y el deporte, al que se considera simultáneamente como un
factor de regeneración (de recuperación de la fuerza de trabajo) y de orden (la
actividad deportiva, como la Arquitectura, también puede evitar la revolución).
La ideología deportiva de Le Corbusier se debe en parte a la influencia de un
médico, fisiólogo y naturista, el Dr. Winter, colaborador de L’Esprit Nouveau y
amigo personal de Le Corbusier. Para Winter, el deporte y la cultura física,
además de actuar como técnicas de compensación efectiva de las insatisfacciones
derivadas del trabajo, son los instrumentos ideales para la formación del
"hombre nuevo".
Por
lo general los arquitectos no se han caracterizado tradicionalmente por ser
especialmente deportistas, aunque he de decir que últimamente esto ha ido
cambiando en los últimos años, no sólo en nuestra profesión, si no en general.
Las personas están cada vez más concienciadas de la necesidad de cuidar el
cuerpo además de la mente. Y es que el practicar ejercicio y cuidarse parece
que está de moda. ¡Por fin una moda que merece la pena!
En
mi oficina son varias las personas que han corrido alguna maratón y tengo un
compañero que ha corrido ya diez maratones alrededor del mundo.
Yo
siempre he practicado mucho deporte desde pequeño. Con ocho años empecé a jugar
al baloncesto en el equipo del colegio (soy el que está a la izquierda del entrenador en la foto de abajo), con quince años me apunté por primera
vez a un gimnasio, con veinte años empecé a practicar Muay Thai y con
veinte-seis/siete años empecé a correr sesiones de 11-12 kilómetros. A día de
hoy practico un poco de todo lo anterior de manera semanal y la verdad que me
sería muy difícil vivir sin ello.
Sobre
todo para las personas que pasan largas horas sentadas delante de un ordenador,
practicar ejercicio es fundamental. De
hecho, últimamente han salido varios estudios que muestran que permanecer en la silla por largos períodos de
tiempo produce un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades que afectan al
organismo en general, y eleva el riesgo de mortalidad desde un 15% para las
personas que están sentadas más de 8 horas al día, hasta un 40% para los que no
caminan por más de 11 horas diarias.
Caminar y hacer ejercicio físico en general se
asocia con un aumento de la productividad y la competencia en tareas creativas.
Actualmente, en un mundo donde prima la tecnología y los dispositivos digitales
casi se han convertido en nuestro alter ego, la práctica del ejercicio físico
tiene un plus adicional: nos aleja de televisores, computadoras, smartphones y
consolas, y nos acerca a nuestra realidad orgánica y natural, propiciando el
pensamiento profundo y la creatividad.
En
mi oficina hace un año que montaron un equipo de fútbol y desde hace un mes
hemos logrado montar un equipo de baloncesto y participar en una liga de
Londres. Yo esto lo agradezco mucho, porque el baloncesto me encanta y no lo
practicaba desde hacía tres años, cuando vivía en Francia.
Practicar
deporte con tus compañeros de trabajo beneficia mucho. Ayuda a estrechar lazos,
desestresa y puede ayudar a limar las típicas asperezas que puedan surgir en el
día a día de trabajo. Algo que me ha resultado curioso al jugar con mis
compañeros de trabajo, es que los roles que se adoptan jugando suelen coincidir
con los roles que se asumen en la empresa. Por ejemplo, rápidamente se ve quiénes
son los líderes naturales, las personas competitivas, las personas analíticas que tiene una gran
visión de todas las jugadas, las personas
que tienen buenas cualidades técnicas, pero poco espíritu de sacrificio, las
personas que saben escuchar y son voluntariosas para hacer las cosas mejor o las
personas que siempre parece que “pasaban por allí” y no se enteran de nada.
En
definitiva, hacer cualquier tipo de ejercicio es muy recomendable, a cualquier
edad y a cualquier nivel. ¡Nunca es tarde para empezar!
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